Estirado de lado en el suelo o sobre un banco, una mancuerna cogida en pronación, inspirar y elevar el brazo hasta la vertical. Espirar al final del movimiento.
A diferencia de las elevaciones “de pie”, que solicitan progresivamente el músculo hasta una intensidad máxima al final del movimiento (cuando los brazos llegan a la horizontal), este ejercicio trabaja el deltoides de una manera diferente, concentrando el esfuerzo al principio de la elevación. Los mejores resultados se obtienen con series largas de 10 a 20 repeticiones.
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